RECORDATORIO: PARA EL AÑO 2015 TENEMOS QUE ESTAR EN POSESIÓN DE LA LICENCIA FEDERATIVA. PARA ELLO DEBES INTRODUCIR TUS DATOS EN LA PESTAÑA «DARSE DE ALTA» |
JUEVES, 11 DICIEMBRE. COCHES PARTICULARES. RUTA CIRCULAR POR ARICO A CARGO DE FERMIN DELGADO. **. 4 HORAS DE DURACIÓN, 10 KM. PUNTOS DE ENCUENTRO: OROTAVA, MAYORAZGO BAJO, A LAS 08,30 HORAS. A LAS 09,00 EN LA VIEJA ESTACION DE LA LAGUNA. QUEDAMOS TODOS AQUI PARA SALIR JUNTOS HACIA ARICO.
DOMINGO, 14 DICIEMBRE.- CAMINO VIEJO DE CANDELARIA. GUAGUA: 08,30 EN EL MAYORAZGO ALTO, A LAS 09,00 EN LA VIEJA ESTACION DE LA LAGUNA. SALIDA DESDE LLANO DEL MORO. GUIA FERMIN DELGADO, 4,30 HORAS, UNOS 14,5 KM.
REFERENCIA DEL CAMINO.- «La guagua (056) sube con marcha ligera por lentre nosotros que formamos el pasaje, reina un aire de optimismo y jolgorio, las perspectivas de «ir caminando a Candelaria, por el «Camino Viejo», nos ha insuflado ganas y energías, las cuales vamos a necesitar dado las cuatro o cinco horas que nos esperan de marcha, sin contar con las «paradas» previstas en La Casa del Pirata en Machado y en el antiguo pueblo de Pasacola, lo cual hará sumar como mínimo una hora mas a lo que tardemos en el recorrido propiamente dicho. Son las 7 de la mañana y aún es de noche cerrada, cuando llega al cruce de El Llano de El Moro, gira a la derecha para enfilar la carretera de Los Baldíos (TF-265, o Calle San Francisco de Paula), nos bajamos en la primera parada después del cruce.
No hace frío y el día se prevé soleado, con alguna ligera brisa del noreste y una temperatura media de 25 grados, lo cual hará que el camino no se haga pesado por causas meteorológicas, Llano del Moro parece dormir cuando cruzamos hacia la carretera que va a El Convento, la primera imagen que se nota a lo lejos en los albores del dia, es la silueta de la Montaña de Talavera (656m) y las luces de las antenas de telefonía móvil, que pueblan su cima, avanzamos y a medida que llegamos al Barranco de la Higuera Negra, que baja de las faldas mismas de la Montaña de Birmagen (944m) el paisaje de la «piconera» de Talavera nos deja tristes, una auténtica «montaña» de entullo, tapa la visión de la misma.
Avanzamos por la Carretera de El Convento camino del Cruce de Aldeas Infantiles, el Sol asoma por Gran Canaria, pero las nubes del horizonte impiden su total visión, nos paramos un rato en la Hoya de Cho Guarda para ver si podemos sacar una foto del amanecer con el Sol saliendo detrás de la Montaña Peluda, pero no hay manera así que continuamos el camino para cruzar el puente sobre el Barranco de Jagua, en la parte alta de Los Toscales.
La carretera del Convento ya queda atrás, en el Lomo del Pino, torcemos a la izquierda siguiendo la señal de madera que nos indica «Camino de Candelaria».,el sendero baja hacia el Barranco de Los Panascos, entre juagarzos, cornicales, tabaíbas y verodes, algún rabo de gato casi en el fondo nos indica la gravedad de dicha invasión, dado que donde aparece esta «intrusiva», la flora autóctona ha desaparecido por completo.
Llegamos a Fuente Nueva, para comprobar con pena como la fuente está «seca» del todo, la tanquilla sin agua es testigo mudo de lo que otrora, fue el abrevadero de cabras, burros, mulas y personas, ahora solo unos cuantos juncos y el letrero es lo que le puede servir al caminante como referente de que allí, hasta no hace mucho tiempo había un manantial que bajaba el agua desde la Montaña de Toriño. Cruzamos la Carretera que va de Machado a Las Barreras (Calle la Fuentecilla), para constatar como el paisaje de la vertiente sur de la Montaña de Toriño cambia radicalmente, ahora presenta la clásica tosca y el color pardo se apodera del entorno.
Llegar a la presa de Toriño, es parada obligatoria para contemplar y echar migas de pan a los 5 patos que nadan en la charca, tan felices y contentos que para nada dan signos de estrés al verse rodeados por los peregrinos, al contrario se nota que están acostumbrados a que los mismos les echen de comer, que enseguida comienzan a graznar y a nadar con mas rapidez, de todas formas hay uno en particular (color blanco) que se encarga de comerse casi todo lo que cae al agua, dejando a sus compañeros compuestos y con el buche vacío.
Subimos una morra, y nos topamos con el paisaje casi llano de la Hoya de Los Trujillos, pero la vista siempre busca en la lontananza la conocida como «Casa del Pirata Amaro Pargo», que aparece a lo lejos a una distancia de menos de un kilometro, en un verde dominado por las tuneras, juagarzos y almendreros. Sin duda que visitar la zona entren los meses de febrero y abril debe destacar bastante el «blanco» de los almendros en flor.
La Casa del Pirata Amaro Pargo.
Después de unos veinte minutos subimos la cuesta que nos conduces hasta la «Casa del Pirata», pasamos por debajo de una rama de eucalipto que a modo de «arco» hace de puerta a la otrora y antigua Hacienda conocida como «Casa de Los Mesa», pero que a pasado a la fama, por haber sido una de las muchas propiedades del «Caballero» lagunero y marino al servicio del Rey de España. Amaro Rodriguez Felipe. mas conocido popularmente como El Pirata Amaro Pargo.
¡¡Que tristeza!!…ver como han dejado la Casa de Machado, la han cavado de arriba a abajo, en busca del «tesoro», cuanta ignorancia, estulticia y belillismo, no han respetado nada, el brocal de la aljibe lo han arrancado de cuajo, pero no les culpo del todo, las «autoridades» no han hecho nada para conservar dicha construcción, al menos para que las venideras generaciones puedan contemplar, algo de la antigua arquitectura tradicional canaria, hacer del lugar un centro para visitantes, que se pueda enseñar algún oficio relacionado con la «conservación» de paisajes, lugares y edificaciones relacionados con el pasado agrícola y ganadero de la zona.
Con amargura dejamos atrás la vereda que desciende de la Casa de los Mesa, para tomar de nuevo el Camino Viejo de Candelaria, son ya casi las 9:30 y nos espera la plaza de la Ermita del Rosario, con la intención de yantar un buen desayuno a la sombra de su fachada. Al llegar a la plaza de la Virgen del Rosario, nos encontramos con un bien cuidado y limpio lugar (mi reconocimiento desde aquí a los servicios de Limpieza del Ayuntamiento del Rosario. Como el solajero continua y a esa hora de la mañana la temperatura ronda ya los 33 grados, degustamos un bocadillo de queso blanco de Anaga que nos sabe a gloria, y una «clarita» que refresca nuestra garganta y nos aporta ese frescor interno que tanto necesitamos para poder enfrentarnos aún a mas de 15 km de Camino Viejo.
Una mirada atrás para contemplar la sobria belleza de la arquitectura de la Ermita del Rosario,(490 m de altura) un templo sin muchos «adornos», que alberga la imagen de la Virgen del Rosario, la cual está clavada en el corazón de muchos peregrinos y gente de Machado, El Tablero y el Chorrillo, que le profesan gran devoción.
El Camino Viejo resulta ahora ( a la salida de la ermita de Machado) una pista «particular» acondicionada para el tránsito de vehículos, dado que existe una casa con era incluida en lo que llaman La Asomadita, aunque decir que lo típico y canario queda «esconchado» por la antena de telefonía móvil que también hay en dicho lugar. El «verdadero» Camino comienza en la llamada Cuesta del Rosario, (un excelente «cazadero») situada en la la zona conocida como Los Juncos. el sendero aunque ha sido reparado presenta un estado deplorable en algunos tramos empinados, debido a la erosión de las lluvias, la flora es la típica de la zona de costa, tuneras, cornicales, tabaibas, balos, verodes, y la fauna está representada por los tizones, perenquenes, pajaros chirrines, ratoneros, andoriñas y cernicalos.
Seguimos caminando después de bajar la empinada Cuesta de El Rosario, y siguiendo el discurrir del Canal de Araya, en esta parte del recorrido (Zona de Los Juncos), el Camino Viejo presenta una zona llana bien cuidada que nos permite «acelerar» nuestro ritmo, al tempo que nos acercamos poco a poco a Barranco Hondo, a la izquierda del sendero se divisan algunas charcas construidas en medio de barranquillos, en el intento de aprovechar al máximo el agua de las lluvias, el Sol continúa su implacable martirio cuando ya son mas de las diez y media de la mañana, sus rayos dan un toque dorado a la Bahía de Guadamojete, donde sobresalen los blanco veleros atracados en el Puerto Deportivo de Radazul, también la Montaña Bermeja cercana a la Autopista del Sur ofrece un tono entre encarnado y amarillo, dándole un toque mas «marciano» que terrícola al paisaje.
Barranco Hondo
Cruzamos el barranquillo de la Hoya del Zapatero, con la mirada puesta en la Cruz de la Montaña del Picacho que corona el Mirador del mismo nombre, y desde el que se puede divisar todo Barranco Hondo, la Bahía de Guadamojete, Radazul e incluso en días claros Gran Canaria. Nuestra intención es subir la pequeña cuesta caminando por el antiguo camino de Las Camelleras, en busca de la Plaza de Barranco Hondo para tomarnos otro respiro a la sombra de los Laureles de Indias que en ella existe.
Barranco Hondo nos recibe con calor, subimos desde el Barranquillo de Las Higueretas (donde existen dos presas en su cauce) por la calle de Las Camelleras, (aún Municipio de El Rosario) para buscar la curva donde está el límite Municipal y comienza Candelaria, al llegar a la curva podemos contemplar el Pozo de Barranco Hondo, y desde la calle empichada se puede divisar aún las piedras bien alineadas del antiguo Camino que bajaba hasta el fondo del Barranco y que aún se puede caminar por él en la margen «candelariera» del Barranco, el cual nos lleva hasta la curva del Lomo del Pájaro, donde un cártel nos indica otro ruta senderista en dirección a Las Lagunetas (Ruta Senderista de Cueva Bermeja).
Llegamos a la Plaza de Barranco de Hondo donde descansamos unos minutos a la sombra de los laureles de indias, el calor sigue in crescendo hasta el punto de hacernos «parar» a la sombra de los muros de la Iglesia de San José (construída en 1860), algunos de nosotros reponen agua y refrescos en el Bar Los Cazadores situado enfrente mismo de la Plaza y de la puerta de la Iglesia, la calle San José de Barranco Hondo aún conserva alguna casa de las de «antes», pero la mayoría ya son construcciones modernas sin apenas ningún interés ni histórico ni arquitectónico, lo que es una pena porque tenía que haberse planificado mejor las normas obligatorias de construcción en estos pueblos con arraigo y solera, el estilo canario con balcones y tejados es lo que debería predominar.
Seguimos la Calle La Calzadita, hasta el Calvario donde nos paramos otra vez para contemplar las vista que desde dicha plazita se contemplan, como es la Bahía de Guadamojete, Radazul y la Montaña Bermeja, esta última cerca del Círculo de Amistad XII de enero en el cruce de la Autopista, ahora seguimos por la Calle La Angostura que nos lleva directamente hasta el Campo de Futbol del pueblo, donde volvemos a retomar el Camino Viejo dejando atrás el piche caliente de las calles de Barranco Hondo.
Cogemos el sendero que está perfectamente señalizado y muy bien arreglado por el Ayuntamiento de Candelaria y cruzamos del Barranco de la Cueva de La Campana que sigue hacia La Cuesta de Las Tablas, el paisaje y las vistas del Valle de Güímar (el altimetro señala 450 m) desde aquí son impresionantes, la pena es que la calima nos impide la total claridad de la observación y «esconchan» las fotos, al cruzar dicho barranco nos recibe una gran cantidad de antiguas huertas donde se plantaba trigo centeno y cebada, (zona de Peranton) pero que ahora están totalmente llenas de «cardos cristos», lo cual tampoco desluce del todo la belleza del árido paisaje, antaño tan verde y florido y ahora, mustio y abandonado, como la mayoría del campo isleño.
El Barranco de Las Goteras, que en su inicio cercano al Monte de La Esperanza se llama Barranco de El Bocho, nos ofrece sombra y un poco de agua fresca dado que el Canal de Araya en este tramo ofrece algunos huecos donde reponer las cantimploras, el cauce se trata de un impresionante corte en el terreno que baja la pendiente de la Cuesta de Las Tablas y en Arigoña (impresionante salto y cueva del mismo nombre que se ve desde la Autopista) se une al Barranco de el Fuerte que viene desde Igueste.
Pasacola.
Subimos la cuesta para seguir avanzando al tiempo que nuestra vista se pierde en busca del paisaje del Valle de Güímar o de Candelaria, la Basílica desde esta altura (460 m) se nos brinda a lo lejos mas reluciente debido a la reverberación solar, cuando casi sin darnos cuenta hemos llegado a la margen izquierda (mirando hacia el mar) del Barranco de Los Porqueros y el de Garruncho los cuales se unen un poco antes del Salto de Las Gambuesas, bajamos con sumo cuidado la vereda que serpentea por la ladera, cuando vemos en el fondo del mismo a un grupo de pibes que se disponen con los preparativos previos, para intentar bajar el mismo hasta la Autopista, sin duda que tiene que ser una gran experiencia y que te pone los nervios a flor de piel, descargando adrenalina a raudales dado el «salto» que el barranco ofrece al caer a pico mas de 300 metros desde lo alto del Salto de Las Gambuesas.
El Barranco de Los Porqueros es de una belleza impresionante, con su profundidad y sus incontables cuevas y «saltos», ofrece a los amantes del barranquismo un lugar excepcional cercano y a la vez salvaje e inexplorado, dado lo abrupto de su cauce, subir la empinada cuesta que desde el fondo del barranco (zona llamada El Calabozo) es una de las partes mas costosa de la jornada senderista, pero volvemos a cruzar el Canal de Araya que discurre a mitad de la «pegada».
Llegamos a una especie de llanura, donde se aprecia una pista de tierra hasta donde se llega en coche, por lo general solamente todo terrenos, y ya se puede apreciar entre los pencones, tabaibas y cornicales el antiguo caserío de Pasacola, a la izquierda de la pista de tierra se ve la vereda que nos conduce hasta las ruinas de las antiguas casas, antes nos paramos en los almendreros cercanos a la carretera de tierra, para «varearlos» y apañar unas cuantas almendras, yo concretamente les advierto que me da que estamos ante un almendrero «amargo», pero al majar la primera cual no es mi sorpresa al encontrarme con una almendra bien dulce en mi boca, la cual paladeo con cierto regusto dado que no todos los días se puede uno llevar a la boca, un fruto seco tan natural y nuestro.
Seguimos entre las pencas unos doscientos metros para después de cruzar el Canal de Araya darnos de frente con el «Horno» de Pasacola, su «ojo» de piedra nos contempla, como si pudiera ver, como si pudiera mirarnos con cierta tristeza, la misma melancolía que me invade a mi, al darme cuenta del «abandono» del lugar, pienso que los organismo públicos podrían hacer «revivir» el lugar, con alguna iniciativa no muy costosa, por ejemplo una aula taller de verano para escolares, y que poco a poco se vaya reconstruyendo el caserío, levantando de nuevo las paredes de piedra y barro, al tiempo que pasan unos días de vacaciones los pibes disfrutarían y podrían sentir la experiencia de como era la vida agrícola de hace unos siglos atrás, en un perdido caserío del sur tinerfeño.
El Caserío de Pasacola data de los primeros años del siglo XVI, junto con el caserío de La Jimenez en «Gueste» (Igueste) fue en principio el asentamiento de unas diez familias, que se dedicaban a cultivar trigo,cebada y centeno, aún se puede apreciar la era labrada en la tosca y que conserva las lajas del suelo en perfecto estado de conservación, posteriormente con la introducción de las tuneras procedentes desde Méjico, sus habitantes construyeron el «Horno» para «pasar» los higos picos, los cuales una vez secos y conservados se transforman en las sabrosas porretas, las cuales se conservaban en el horno para que no se mojaran o no fueran devorados pora los ratones y lagartos.
Pasamos cerca de una hora en Pasacola, contemplando sus impresionantes vista del Valle guimarero, y admirando el Barranco de Chajarche sin importar para nada el «solajero» que amenazaba con freirnos vivos, estaba yo absorto en dicha observación del fondo del barranco cuando en una chapa del mismo situado debajo del corral de cabras que hay frente al caserío, el cual se sitúa en una cueva corral (Cueva de La Fajana) sobre el túnel del Canal de Araya, cuando veo a una bandada de perdices picoteando, mi intento de sacarles una foto se frustró al espantarse las mismas buscando la seguridad del Salto de Los Juncos.
Pasacola tiene una cueva de tosca (situada debajo de la era) que denota su pasado agrícola, las cuidadas paredes y archetado dejan bien a las claras, que se utilizaba como bodega para guardar vino, papas o semillas, el caserío es sin duda un lugar entrañable y tipicamente rural, las edificaciones y parte de sus muros de piedra y barro, ofrecen ya una estampa de ruinas y abandono, pero donde puede aún apreciarse como nuestros antepasados trabajaban duro para someter a la naturaleza, sin deteriorarla ni ser un un elemento distorsionador del entorno paisajístico, y por lo tanto no alterando el ritmo de la vida de fauna y flora del entorno.
Con pena volvemos a la pista de tierra, una última mirada al lugar que poco a poco languidece entre pencones y piteras, incluso el rabo de gato ha aparecido cerca del Canal de Araya, como si de un «acelerador» del deterioro se tratara, como si una mano oculta quisiera «borrar» el caserío del todo, dejándolo enterrado para siempre entre la maleza, vinagreras y zarzas que ya han colonizado la zona. La pista de tierra pasa por encima del Barranco de Chajarche y nuestros pasos siguen esa vía de comunicación en busca del Mirador de Guantegueste, (411 m) situado encima del caserío iguestero de La Jimenez.
Al llegar al Lomo de Los Panascos, enseguida se divisa la Montaña de Arguama (742m), sagrada para los guanches y que ahora se distingue por su cruz blanca. Esta montaña era utilizada en el beñesmen (agosto) donde encendían una fogalera en honor de Chaxiraxi y después en primavera para el ahijamiento del ganado (separar las crías de sus madres), por la pista se ven al borde de la misma Plantas de Diablo ( Datura muy venosa) ni que decir tiene que es una planta que solo debemos mirar.
La Jimenez, Igueste.
Llegamos al Mirador de Guantegueste. desde sus mas de 400 metros de altura se puede divisar claramente todo Candelaria, el Volcán de Güímar, y el antiguo caserío de La Jimenez situado justo debajo del mismo el cual es cruzado por el Barranco de El Fuerte, El Barranco de Los Marreros, y el Barranco de Ageja. Desde arriba se aprecia claramente la antigua y
tradicional arquitectura rural canaria, con sus casas de piedra y barro con balcones y aljibes en sus patios, el Drago situado en la ermita del Barranco de El Fuerte es la zona mas cuidada y fotografiada. Casi todo Igueste (el Gueste de los guanches) se aprecia en toda su totalidad, se puede ver las cuevas sagradas de los guanches de Añaco y Ajeja. y lo blanco del pueblo destaca sobre el entorno de color pardo o canelo, con isla de verdor por sus laderas y a lo lejos hacia el Sur se divisa Izaña y mas cercano La Mesa de Igueste y el Barranco de Afirama.
Se nos hace tarde (son casi la una de la tarde) y aún resta mas de 6 km para llegar a la Basílica y rendir visita a la Virgen (para mi Chaxiraxi o simplemente Yaya), bajamos la cuesta empichada de La Jimenez camino de La Morrita donde hay un chorro, donde volvemos a lavarnos la cara y rellenar las cantimploras. un mural en la pared nos muestra los sitios mas peculiares e insignes de Igueste, la Iglesia de La Trinidad, La Montaña de Arguama, la Cueva de Añaco, donde el visitante podrá indentificar los mismos ya que están claramente dibujados en la blanca pared a espaldas del chorro de agua.
La bajada hacia la plaza principal de Igueste es simplemente «rompedora» (Calla Padre Simón Higuera), a veces tenemos que caminar hacia atrás o haciendo zig zag para «descansar» algo las rodillas que ya se resienten después de casi quince kilometros recorridos, el Camino ahora ya no tiene piedad de nuestras rótulas y uñas de los pies, a cada paso el dolor hace su aparición, las bajadas y cuestas de gran pendiente son los enemigos número uno de cualquier senderista y mas como en este caso una calle empichada y con un fuerte y pronunciado desnivel, llegamos a la Plaza de Igueste, seguimos hacia Ajoreña, por la calle Antonio García Pérez hacia el Camino de los Revolcaderos, (Carretera del Cementerio) donde se juntan los barrancos de Chacorche y Afirama, lugar donde a la izquierda volvemos a tomar el «verdadero» Camino Viejo que pasa por delante de la Cueva de Añaco.
La Cueva de Añaco es una de las mayores cuevas aborígenes que existen, incluso en ella se ha celebrado recientemente una boda por el rito guanche, se trata de una gruta que se formó por la erosión del basalto en el margen derecho del Barranco de Afirama, su parte inferior presenta la clásica toba y su techo es de basalto, el cual se encuentra ennegrecido por el humo de los antiguos rituales que en ella se celebraban las harimaguadas (sacerdotisas guanches) sobre todo en el sacrificio de cabras o cabritos en honor a la Diosa Chaxiraxi, (la actual y católica Virgén de Candelaria) aparecida en las playas de Chimisay en el año 1392 a dos cabreros guanches, y que fue entregada en custodia permanente a los dominicos después de la conquista. y trasladada desde su ermita-cueva de Chinguaro en Güímar hasta la cueva de Achbinico (Cueva de San Blas) en tiempos del Mencey Acaymo de Güímar.
Dejando atrás la cuesta que sube desde la Cueva de Añaco, vamos a desembocar en el Camino de la Cruz Colorada, nombre de que se debe a la cruz de color encarnado que hay en dicho lugar, bajamos por dicha calle hasta cruzar la Carretera General del Sur (TF-28) para llegar a Los Llanos donde nos encontramos con el tabaibal del cauce del Barranco de El Guirre, el camino ahora se torna fácil pero polvoriento dado la pertinaz sequía que desde marzon asola Tenerife.
Candelaria.
Llega el Camino Real hasta la Urbanización Brillasol, donde tenemos que dar un rodeo debido a que el mismo ha sido tapiado por un particular. Tenemos que subir por la Calle Drago, para luego coger la primera a la izquierda (Calle Tabaiba) y bajar por la calle El Pinar para coger de nuevo la ruta, que ahora ya es de piche hasta la misma Plaza de la Basílica, pero al llegar al descampado que hay en la Calle El Pinar de la Urbanización Brillasol, me llevo la grata sorpresa de ver plantas silvestres de algodón.
Pasamos por delante del Bar el Pulpo (ahora cerrado) y nos fotografiamos delante de su imponente cardón, seguimos hacia el puente que cruza la Autopista del Sur, al pasar por delante del Restaurante El Archete, me llama la atención la «sorriba» que han hecho en su aparcamiento, lo cual impide el acceso a dicho negocio.Caminamos despacio y paso a paso nos acercamos a Candelaria, pasamos la Rotonda para acceder a la Calle de los Condes de Abona, y de esta a la Calle Obispo Pérez Cáceres o Calle de la Arena, que desemboca en la misma Plaza de la Patrona de Canarias.
Ni que decir tiene que entrar a la Basílica y ver a La Morenita, pone los pelos de punta a cualquiera que sienta la tradición mariana y lleve la fe del pueblo tinerfeño en el alma. Después de rendir homenaje a la Virgen de Candelaria, nos sentamos a las tres de la tarde en una terraza de la Plaza, para refrescarnos con unas garimbas y «claritas» para humedecer el reseco gaznate, y así poner broche de oro a esta jornada de ruta senderista por el Camino Viejo de Candelaria.»
COMO SIEMPRE LA LISTA DE PARTICIPANTES LA FORMA EL GUIA CORRESPONDIENTE. ES A EL A QUIEN TENEIS QUE AVISAR.
FERMIN DELGADO: 922636060, 627651644 (Whatsapp, SMS, llamada directa), e-mail: dayfer3@hotmail.com