Título: Las montañas de Aguere
Hora: 9:00
Punto de encuentro: Plaza del Cristo
Zona: Desde El Bronco y Jardina a la Mesa Mota y San Diego.
Tiempo de duración: 4 horas y media
Longitud: 13,900 km
Desnivel: punto mas bajo a 555 y punto mas alto a 753
Dificultad: Moderado
Guía: Cande Moreno, tfno 617679222, a quien tienen que avisar caso de BAJAS posteriores a la hora de cierre de las inscripciones, miercoles 16 a las 19.00.
Observaciones.- La ruta no presenta dificultad, salvo que transcurre gran parte por una vegetación rastrera muy expuestos al sol, por lo que la protección solar y la hidratación son indispensables. Tiene la subida inicial de El Bronco que, es corta, es la primera y es temprano. Antes de coger el sendero que baja a Jardina, subimos dos montañitas muy verdes y cortas sin dificultad. La subida a la Mesa Mota es la que se puede hacer más pesada por la hora ya del mediodía, pero tranquilamente cada uno a su ritmo, se puede hacer.
Descripción: Bonita caminata circular bordeando las montañas de La Laguna. Partiendo de la Plaza del Cristo nos dirigimos al Bronco (subida de asfalto, no hay otra) y al Camino Lomo Largo. Llegamos a una parte de la Cañada lagunera y al Pico Gonzalianez. Bajamos por el sendero hasta la carretera de Jardina y luego hasta la Ermita, donde se podría comer la fruta. Reanudamos el pateo hacia el Camino Viejo de Las Mercedes y, más adelante, por la calle El Tarajal, llegamos a Las Canteras. Subimos por la Calle El Cine hasta adentrarnos por un sendero con una vegetación de matorral y eucaliptos que nos llevará a la Mesa Mota. La atravesamos hasta llegar al sendero que baja a la Ermita de San Diego. Y de aquí caminamos hasta la plaza del Cristo, fin de la caminata. Las vistas en las partes más altas son panorámicas del valle de La Laguna, Las Canteras, Jardina, etc, por el lado izquierdo. En el derecho veremos los valles que llegan a Santa Cruz. El verde de las montañas, el amarillo de los relinchones y el lila de las plantas rastreras parientes de los tajinastes, inundarán gratamente nuestra vista y nuestros corazones.